Posted on julio 29, 2020 by Biblioteca de Matemáticas
El imperio inca se fundó en torno al año 1.200 d.C. y vivió su máximo apogeo cuando llegaron los conquistadores españoles, liderados por Francisco Pizarro.
En su momento de mayor esplendor ocupó un área geográfica de unos dos millones de kilómetros cuadrados que incluía los actuales Perú, Argentina, Bolivia, Chile, Colombia y Ecuador.
Aunque eran ágrafos, se conservan unos mil ejemplares de quipus repartidos por todo el mundo.
Todos siguen una misma estructura: una cuerda a la que se atan otros cordeles, bien de algodón o de lana, a base de pelo de llama o alpaca.
Hace un tiempo, unos investigadores de la Universidad de Harvard descubrió que los quipus eran documentos que se empleaban para compartir información contable. Era un código de comunicación que permitía registrar y transmitir datos numéricos relacionados con las finanzas, las cifras militares o los censos.
Cuando había que efectuar cálculos matemáticos más complejos los incas empleaban la yupana, una suerte de ábaco. Su nombre deriva de yupai, que en quechua significa contar.
Posted on junio 30, 2020 by Biblioteca de Matemáticas
La matemática zaragozana María Andresa Casamayor de la Coma protagoniza un sello de Correos en el 300 aniversario de su nacimiento.
Impulsado por el Instituto Universitario de investigación en Matemáticas y Aplicaciones (IUMA) de la Universidad de Zaragoza y la Federación Aragonesa de Sociedades Filatélicas, el 29 de junio se puso en circulación este sello que hace referencia al título de la obra de María Andresa, el ‘Tyrocinio Arithmetico’, que firmó con seudónimo masculino. Es un manual de matemáticas para enseñar las operaciones más básicas y está considerado el primer libro de ciencias que conocemos escrito por una mujer en España.
Su figura fue rescatada del olvido en el documental estrenado el pasado mes de febrero, La mujer que soñaba con números, escrito y dirigido por Mirella R. Abrisqueta.
Posted on marzo 17, 2020 by Biblioteca de Matemáticas
Es posible que uno de los iconos de la cultura occidental sea El hombre de Vitrubio (1490) de Leonardo da Vinci (1452-1519). En un hoja de sus diarios, el dibujo resuelve el problema renacentista de inscribir a la vez a un hombre en un cuadrado y en un círculo, sin distorsionar sus proporciones.
En conjunto, El hombre de Vitrubio es la expresión pura del Renacimiento, el hombre como medida de la naturaleza, una figura en reposo y en movimiento a la vez.
La opinión de los historiadores sobre la capacidad matemática de Leonardo no es unánime. Uno de ellos, István Stefan Fenyö afirma que Leonardo no solo era un entusiasta aficionado, sino que también tenía un excelente talento matemático.
En 1497, en la corte de Ludovico Sforza, duque de Milán, se produjo el encuentro entre el monje franciscano Luca Pacioli (1445-1517) y Leonardo. Pacioli había publicado tres años antes su obra Summa de arithmetica geometria proportioni e proportionalita, considerada la primera enciclopedia de matemática pura y aplicada.
Pacioli era un excelente profesor de matemáticas. La colaboración y amistad entre los dos genios dio como resultado que Leonardo realizara las 60 ilustraciones de los sólidos regulares en perspectiva para la siguiente obra de Pacioli, De divina proportione. En esta obra se presenta la proporción áurea, que fue empleada por Leonardo en algunas de sus obras más famosas, como La Dama del Armiño (1490), El hombre de Vitrubio o la propia Gioconda (1517).
Como científico y artista, Leonardo tenía una gran visión espacial y geométrica. Se cree que pensaba en imágenes. Así, para resolver un problema matemático, su principal arma era la geometría. El problema matemático más famoso al que se enfrentó fue la cuadratura del círculo: dado un círculo de radio la unidad, constrúyase un cuadrado de igual área, utilizando la regla y el compás.
A la muerte de Leonardo, se publica El tratado de la pintura, que contiene la siguiente reflexión: «Ninguna investigación humana se puede demostrar verdadera ciencia, si ella no pasa por las demostraciones matemáticas».
Posted on febrero 10, 2020 by Biblioteca de Matemáticas
La Relatividad Especial es la teoría que creó Albert Einstein en 1905 para solucionar la crisis debida a las incompatibilidades entre la mecánica de Newton y la electrodinámica de Maxwell. Su formalización geométrica, usando unas matemáticas básicas, fue realizada por H. Minkowski en 1908.
Einstein presentó en 1915 una nueva teoría de gravitación: la Relatividad General. Su genialidad le llevó a la conclusión de que un campo gravitatorio produce una deformación del espacio-tiempo.
En lenguaje matemático, los espacios-tiempos curvados son variedades de Riemann. La distorsión se manifiesta a través de la curvatura de la variedad y las trayectorias de los objetos bajo la influencia del campo gravitatorio son geodésicas de dichos espacios.
Einstein desconocía la geometría necesaria para estudiar estos espacios curvados. Se introdujo en los trabajos de B. Riemann, G. Ricci y T. Civita sobre Geometría Diferencial de Variedades y Cálculo Tensorial, donde encontró las matemáticas que le permitieron formalizar su Teoría de la Relatividad General.
Su amigo Luca Pacioli es mucho más desconocido, pero ocupa un lugar importante en la historia de las matemáticas.
Aún algunos recuerdan la tabla de doble entrada o libro de balance, con su «debe» y su «haber: gastos en una columna e ingresos en la otra. Los más jóvenes conocen la evolución de esa tabla de doble entrada: la hoja de cálculo.
En 1494 publicó su libro Summa de arithmetica, geometria, proportioni et proportionalita, en el que describe esa tabla de doble entrada. Esa obra puede perfectamente considerarse como un libro de texto y él mismo dice que ha reflejado en él ideas de grandes matemáticos como Euclides, Boecio, Sacrobosco y Fibonacci.
Tuvo una tirada de 2.000 ejemplares y posteriormente se tradujo y copió por toda Europa. Una de las copias llegó a las manos de Leonardo Da Vinci, que en ese momento trabajaba en Milán, en la corte de Ludovico Sforza, y pensó que los conocimientos de Pacioli se podrían aplicar muy bien en la ciudad.
Ambos colaboraron en bastantes proyectos, pero queremos destacar tres de ellos: los libros De divina proportione, De Viribus quantitatis y De ludo scacchorum.
El primero de ellos, cuyo título traducido podría ser algo así como «Sobre la divina proporción», se inspiró en las discusiones sobre la aplicación de las matemáticas y la ciencias naturales al arte que surgían en la corte de Sforza. Trata sobre el número Φ, también conocido como razón áurea, un número que proviene de la división de un extremo en dos partes de modo que la mayor sea a la menor como el todo a la parte mayor.
La divina proporción se formularía así:
Ese número verifica que es solución de la ecuación:
Otra de las aficiones compartidas por Luca y Leonardo dio lugar al libro Sobre el juego del ajedrez, que en 2006 apareció escondido entre otros 22000 volúmenes en la biblioteca del Palazzo Coronini Cronberg.
El tercero de los trabajos comunes al que nos vamos a referir se podría traducir como Sobre el poder de los números, en el que aparece la primera descripción escrita de un juego de magia con cartas y que puede considerarse como el primer texto de matemática recreativa que existe: además de juegos de magia en él aparecen problemas de ingenio, acertijos y retos de lógica.
Posted on mayo 21, 2019 by Biblioteca de Matemáticas
Omar Khayyam nació el 18 de mayo de 1048, pero su legado ha sido tan importante que su figura sigue siendo recordada 971 años después de aquel día. Fue un matemático, astrónomo y poeta persa que dejó aportes de enorme trascendencia en estos campos.
Creció entre Nishapur (Irán) y Balj (Afganistán) y se formó con una fuerte influencia en ciencias y filosofía. También vivió en Samarcanda (Uzbekistan), donde elaboró su Tesis sobre Demostraciones de Álgebra y Comparación con la que logró reconocimiento y prestigio.
Sus investigaciones en astronomía fueron de fundamental importancia. En especial la corrección que realizó al antiguo calendario zoroástrico.
Para el nuevo calendario, este genio de las matemáticas calculó la duración del año con una exactitud llamativa. Su error margen de error es de un día en 3770 años, menor aún que el del calendario gregoriano.
También logró cambiar el mundo de los números matemáticos y a través de su trabajo descubrió el concepto de las fracciones como un campo numérico con propiedades más amplias que el campo de los números naturales.
También cultivó la poesía. Destacan los Rubaiyat, recopilación de unos mil cuartetos que hablan sobre la naturaleza y el ser humano.
Posted on mayo 3, 2019 by Biblioteca de Matemáticas
Niels H. Abel, el matemático noruego más importante de todos los tiempos, murió hace 190 años un 6 de abril, con 26 años. Aunque apenas fue reconocido en vida, obtuvo grandes logros en el campo de las funciones abelianas y demostró el ahora conocido como teorema de la imposibilidad de Abel.
Para la ecuación general de segundo grado ax²+bx+c=0, existe esta fórmula. La aprenden de memoria todos los escolares y viene dada por:
En 1825 Abel logró una beca para poder visitar otras ciudades europeas y ampliar sus contactos con otros matemáticos.
En Berlín conoció a August L. Crelle, un ingeniero fascinado por las matemáticas. Su interés por la ciencia lo llevó a fundar en 1826 la “Revista de Crelle”, la primera revista matemática que no provenía de una academia.
En su visita a París fue recibido fríamente, y no pudo publicar ningún artículo, ni siquiera uno de sus mejores resultados, la llamada “Memoria de París”, donde sentaba las bases del teorema de Abel-Jacobi.
En mayo de 1827 volvió a Noruega enfermo y arruinado. Murió de tuberculosis el 6 de abril de 1829.
En honor a Abel varios términos matemáticos llevan su nombre: por ejemplo, grupos abelianos o funciones abelianas. Además, el gobierno noruego instituyó el Premio Abel en 2002, bicentenario de su nacimiento.
Posted on febrero 11, 2019 by Biblioteca de Matemáticas
Los primeros pasos de las matemáticas se dieron en las antiguas culturas de Egipto, Mesopotamia y Grecia. Pero después, China tuvo un papel destacado en este sentido.
La Gran Muralla China tomó casi 2.000 años de construcción desde que se inició en 220 a.C. para proteger el imperio.
Para su planificación, los chinos tuvieron que realizar cálculos sobre distancias, ángulos de elevación y cantidades de material.
Su sistema numérico era muy simple: para hacer una suma se utilizaban pequeñas cañas de bambú. Las barras estaban dispuestas para representar los números, del 1 al 9. Después se colocaron en columnas, de forma que cada una representaba unidades, decenas, cientos, miles y así sucesivamente.
Esto es un sistema de valor posicional decimal, muy similar al que empleamos hoy.
En líneas generales, en la antigua China había una gran fascinación por los números.
A los antiguos chinos les atraían los patrones en números y crearon una versión temprana del sudoku: el llamado cuadrado mágico.
Las matemáticas también tuvieron un papel fundamental en la corte del emperador. El calendario y el movimiento de los planetas eran para él muy importantes e influían en todas sus decisiones. Los astrónomos se convirtieron en miembros muy valorados de la corte imperial.
En lo que respecta al funcionamiento del Estado, las matemáticas fueron asimismo esenciales. El Imperio Chino tenía un estricto código legal y una compleja burocracia. Para educar a los funcionarios había un libro de texto, escrito hacia el año 200 a.C. Los nueve capítulos sobre el arte matemático.
Mucho después, en el siglo XIII, había más de 30 escuelas de matemáticas repartidas por todo el país. Fue en esa época cuando surgió la figura de Qin Jiushao.
Posted on noviembre 27, 2018 by Biblioteca de Matemáticas
El Instituto de Ciencias Matemáticas (Icmat) ha lanzado Revoluciones matemáticas, una serie de animación que presenta de forma divulgativa los momentos históricos y los protagonistas de los grandes hitos matemáticos.
Tiene cinco episodios de alrededor de tres minutos de duración y está especialmente dirigido a los jóvenes.
Los dos primeros vídeos ya pueden verse en el canal de YouTube del instituto: el primero introduce el concepto de «revolución matemática» y el segundo está dedicado a Teano, matemática y filósofa griega de la comunidad de Pitágoras.
Otros matemáticos como Al-Juarismi, Isaac Newton o Kurt Gödel protagonizarán los siguientes capítulos.
El proyecto fue seleccionado en la primera edición de la convocatoria de ayudas para favorecer la cultura científica «Cuenta la Ciencia», de Fundación General CSIC, y cuenta con la financiación del proyecto Severo Ochoa del Icmat. También colaboran la empresa Divermates y la animadora Irene López.
Posted on diciembre 5, 2017 by Biblioteca de Matemáticas
La geometría es la parte de la matemática que estudia las propiedades métricas de las figuras en el plano o en el espacio. Desde los tiempos de Euclides (siglo III a.C.) se habían estudiado las propiedades geométricas de las figuras planas y espaciales, dando por hecho que se encuentran contenidas en el espacio ambiente.
La observación hecha por Gauss en 1827 de que la geometría intrínseca de una superficie depende exclusivamente de la manera de medir en la superficie supuso un punto de inflexión. Su descubrimiento implicaba que sería posible imaginar una geometría, al menos en dimensión dos, sin necesidad de depender del espacio ambiente euclídeo. Su discípulo Riemann (1826-1866) lo demostró en su tesis de habilitación, presentada en la Universidad de Gotinga en 1854. Extendió a dimensiones establecidas la geometría que Gauss había desarrollado para superficies de dimensión dos y marcó el nacimiento de la geometría riemanniana.
Con la teoría de la relatividad de Einstein (1915) se consideró la posibilidad de métricas lorentzianas. Esta teoría se basa en que el universo se modela en términos de una variedad de dimensión cuatro, llamada espaciotiempo, en la que hay tres dimensiones espaciales y una dimensión temporal que interactúan entre sí.